Xibaro

A partir de la conquista de América en 1492, los barcos españoles y portugueses cogieron como esclavos a miles de personas africanas, para llevarlos contra su voluntad hasta el otro lado del océano. Pero muchos se enfrentaron a la esclavitud y a la aculturalización y consiguieron escapar y crear comunidades libres. Así, conseguieron mantener sus idiomas, identidad y el sentimiento de pueblo.

Sufrieron la constante represión por parte de los conquistadores y los que decidieron que querían vivir en libertad se enfrentaron a la cárcel y la persecución. Muchos terminaron en calabozos; otros tuvieron que irse hasta montañas lejanas y rincones ocultos para librarse de las cadenas de la esclavitud y poder vivir en la ansiada libertad. A esta gente se le conoce como xibaros.

Los vascos también hemos sufrido siglos de represión y aculturalización y, a día de hoy, seguimos luchando para mantener nuestro idioma, identidad y sentimiento de pueblo, camino a la libertad. Aquí también tenemos a xibaros que están pagando el precio de la dignidad en oscuras celdas, rincones lejanos y en los montes.

Aunque la situación era muy dura, los xibaros africanos mantuvieron siempre la alegría de vivir. Muchos de ellos volvieron al mar, y esta vez convertidos en piratas navegaron por el Caribe y el Océano Pacífico. Nosotros tampoco hemos abandonado la alegría de vivir y, sin olvidar a nuestros xibaros, trabajamos creando espacios libres. Cada año el nombre de nuestra cofradía va acompañado de un número, ese número es la cantidad de xibaros donostiarras que se encuentran en la cárcel al principio de la Aste Nagusia. Soñamos con el día en el que este número desaparezca.

Tal como hicieron los xibaros convertidos en piratas en América, los xibaros de Donostia también hemos salido al mar.